lunes, 30 de diciembre de 2013

REFORMA DE LA LEY DEL ABORTO O CÓMO IMPONER MIS CREENCIAS A LA CIUDADANÍA

El tema del aborto es un tema controvertido, siempre lo ha sido porque involucra vidas, tanto presentes (la de la madre y su entorno) como futuras (la del “nasciturus”). El anteproyecto de reforma de la ley que lo regula, aprobado por el gobierno el pasado 20 de diciembre, penaliza todos los supuestos en que la mujer decide abortar, excepto dos: en caso de violación y cuando haya grave peligro físico o psíquico para la madre. Así pues en el caso de malformación en el feto no está permitido el aborto, a no ser que la madre pueda sufrir también grave riesgo psicológico como consecuencia de tener un bebé con una malformación tan grave que sea incompatible con la vida. Alucinante. Desde mi punto de vista estaría mucho más justificado el aborto en caso de malformación que en el de una violación, ya que en este último, aunque sea un embarazo no deseado, el resultado podría ser un bebé perfectamente sano.

Pero ésta es sólo mi forma de ver las cosas. Por esto, porque es mi visión particular jamás se me ocurriría imponer mi criterio a nadie, que es lo que, en definitiva, está haciendo el gobierno de España. Educados la mayoria en la ideología católica más ultraconservadora quieren imponer sus ideas y creencias a toda la ciudadanía porque se creen en posesión de la verdad. Cuando un islamista se estrella cargado de bombas contra un edificio todos nos llevamos las manos a la cabeza y no tardamos en soltar la frase “están locos, son unos radicales cegados por su religión”. Y así es. En nombre de Dios se cometen barbaridades y siempre acaban sufriendo inocentes. El ministro Gallardón está actuando igual, es un católico radical. Nada más peligroso en una persona que, además, ostenta un cargo de poder desde el cual puede imponer su verdad, a golpe de legislación, sin consensuar con nadie, salvo con sus compañeros y cómplices de partido. Como se cree en posesión de la verdad también se cree en su derecho de imponerla a todos los ciudadanos, a los que opinan como él y a los que seguramente considerará “equivocados”.

Sr. Gallardón, aquí no hay posiciones correctas ni equivocadas, aquí hay distintas formas de ver las cosas. La opinión de cada ser humano arraiga en la educación que ha recibido, en sus vivencias particulares y en su entorno familiar y social. Y no porque mi educación, mis vivencias y mi entorno hayan construido en mí una opinión diferente es por eso menos válida, menos cívica o menos moral que la suya. La conciencia y el cuerpo son lo más íntimo de una persona. ¿Quién se cree Ud. que es para irrumpir así, con esa prepotencia, en lo más sagrado del individuo? Por otra parte, con esta ley, ¿de verdad cree estar protegiendo al bebé? En mi opinión lo que hace al penalizar algunos supuestos de aborto es permitir que un ser sufra en el futuro, así como su entorno más cercano. Pero tanto la suya como la mía Sr. Gallardón no son sino opiniones, todas muy válidasaunque ninguna con derecho a imponerse sobre las de los demás. Por otro lado, con los recortes en sanidad que a su gobierno tanto le gusta practicar ¿qué futuro les depara a esos seres si no nacen en el seno de una familia acomodada como la suya? ¿se va a encargar el Estado de sufragar sus necesidades? A la vista de cómo se conducen Uds. con las políticas de protección social la respuesta es “no”. Así pues, deje esa falsa actitud paternalista y permita a los ciudadanos que decidan por sí mismos porque: primero, cada caso real es diferente, segundo, estamos en nuestro derecho de tomar decisiones según nuestra propia conciencia, y tercero, porque si aún no se ha enterado Ud. y su partido, España es un estado aconfesional, donde lo religioso ha de estar separado de lo político y circunscribirse al ámbito de lo personal.


2 comentarios:

  1. Hola Sr. Navarro, entiendo por su comentario que no está de acuerdo con mi opinión, evidentemente lo respeto. En cuanto a lo de leer, créame, leo mucho, muchísimo, lo que estoy convencida de que mis lecturas no serán las mismas que las suyas. Un saludo y gracias por comentar.

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